Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

jueves, 28 de julio de 2016

Vida En Las Ciudades (VII)

(Geoff McFetridge)


Suponen que llegará el frío,
y dejarán de vivir
bajo este palio de sal y ascuas de oro,
con todo lo que tiene alma de cántaro
que se rompe en cinco partes.
Ahora reina lo latente,
que es calamidad consentida hasta los soplos,
y hay vientos de dos filos para rellenar sus huesos.

Si hacen sencillo el frío
dormirán donde la hierba sea verde;
qué pequeños ante un palmo de crueldad
y el remate de las torres.
Intentaron medirse con ella
y tuvieron que cargar con su historia,
hechos de piedra noble ya estos cuerpos.

La belleza siempre está ahí,
como un campo de estrellas bajo la noche.

lunes, 25 de julio de 2016

jueves, 7 de julio de 2016

Dos pares de gafas


[...] Ocurre lo mismo con Platón, que ya lo adelanta en el diálogo que tiene con Sócrates. Él dice que están en Atenas, con los mejores teatros, todos de piedra, teatros hermosos. También con los mejores dramaturgos: Sófocles, Eurípides, Esquilo... sin embargo, la gente prefiere irse a las Olimpiadas. Él se quejaba. Pretendía hacernos creer que le dictaba Sócrates, pero el que se quejaba era un hombre de categoría como él. Entonces llegó un sacerdote egipcio y, al escuchar a los poetas griegos, exclamó: ¡son como niños, son maravillosos! Pero Platón no podía verlo. Pues ahora ocurre lo mismo. Creo que hay gente de mucha categoría, pero somos como niños y no paramos de quejarnos. No podemos verlo.

(Fernando Arrabal)

sábado, 2 de julio de 2016

La milicia y el canto


Ardorosa pasión, fuego derramado sobre el mundo, maleficio del círculo mágico que baja de las constelaciones cayendo sobre el alma del hombre. Poesía angélica, de ángeles rebeldes en pie de guerra. Milicia infernal o divina... Y abajo la humanidad ululante, clamorosa, enérgica, desatada, curando úlceras seráficas, abriendo heridas parricidas; restañando la sangre o las lágrimas del prójimo o abriendo las compuertas del llanto y de las arterias. Espadas y arpas. La milicia y el canto. La pólvora inflamada o el aroma errante de la flor. El aire belígero que truena o arde o el pico armonioso de los pájaros.

(Adriano del Valle)

viernes, 1 de julio de 2016

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(Barbara Kruger)