Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

sábado, 17 de octubre de 2015

Reversa Lo Perverso (III)

(Thomas Cole)


Los millares de opciones de su destino se dispusieron sobre
Una bandeja para que eligiera, ¿qué podía perder?
No un país lleno de sangre fantasmal y cubierto de sueño
Donde el ángel negro lloraba
No una vieja calle al este de la ciudad
Y eligió

Y el hermano errante caminó a través de la noche
Con el pelo
Sobre la cara
Con un corte largo y astillado hecho con el cuchillo de G.T.

La charla del hombre de la fiesta siguió hasta el amanecer
Hasta que nos despedimos de su calavera
Chillidos y alaridos

Brillante, con gafas de montura roja y ajustado al tiempo
Rociado con la elección de la mente, 

Con patines de hielo, raspando pedazos
De las campanas

Corte sangrante en la boca, cuchillas olvidadas por el dolor
Restos de antisépticos murmuran adiós
Y vuelas
A la nieve marrón y cálida del este
Y fuiste a elegir, elegir de nuevo

Los sacrificios perduran y hacen difícil olvidar
De dónde viniste
Los tallos de tus ojos sirven para percibir el dolor

La cantinela de Roberman sobre el sacrílego recluido
Por la pérdida de un caballo
Dijeron las tripas de la cola de un caballo
Repítelo, elige marcharte

Y si el terror de las epifanías te avergonzó
Mueve la cabeza y hazla zigzaguear
Elige un bando
En el que estar

Si la piedra deja de mirar, parte la didáctica en dos trozos
Pon el color de huellas de ratón, todo es verde, elige entre
Si eliges
Si eliges
Intenta perder
Que se pierdan los restos, empieza otra vez

Empieza el juego
Elige elegir
Elige elegir
Elige marcharte



(Lou Reed)


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