Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

sábado, 1 de noviembre de 2014

(Obviamente)


(Juan Genovés)




Delante (obviamente) la muerte
En el espejo retrovisor paisaje tras paisaje
Campos y ciudades consumidas
Muchachas burladas quemadas
Desperdicios
Tiempo gastado
Hediondo humo azul
Gas
La meta un mundo de excrementos
Inmensos estercoleros de cocina
No preguntes por qué
Tú quemas padres
Devoras maestros e ídolos
Discos de gramófono
Libros de bolsillo diseñados
Tú tienes también un espiritual ojo en el culo
Que los frenos estén bien ajustados
Carece de importancia
Pero el estreñimiento es un pecado mortal
Tu vida una comida de gasolina
Devorada velozmente
Autoservicio
Acelerador a fondo
Un cargamento de setenta años
Tiene que pasar a través de tus pupilas
Tienes que beberte un lago
Digerir siete vacas
Treinta fanegas de bosque
En forma de periódicos
Mastica bien a través de toda la botánica
Platino o plástico:
Tragátelo
De ello depende
El equilibrio en la naturaleza
Y el futuro del Mundo Libre
No preguntes por qué
Delante
Sembrados y mercados más grandes todavía
Paisaje tras paisaje
Paisajes
Totalmente ordinarios
De incierta duración
Las tijeras escondidas
El paso a nivel o algo así
En el espejo retrovisor (obviamente) sólo cachivaches
Reconócelo simplemente
Tú respiras la vida
Tú eres un ojo de aguja y seguirás siéndolo
Y el hilo tiene dos puntas


(Ivan Malinowski)

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