Pues los poetas son
pequeños animales en disturbio
con la sed en los ojos y en la
garganta amor


(Jesús Hilario Tundidor)

jueves, 28 de marzo de 2013

La Triple B


Aquí presento la breve tesis de un ignorante, que sin embargo, tras años de observación y análisis más o menos serio/sobrio ha llegado a una suerte de conclusión sigloide: BBB. Esta letra triplicada hace referencia a los nombres de los poetas que en esta generación del plasma componen la santísima trinidad para todo no iniciado en el mundo lírico: Bécquer, Benedetti y Bukowski. Con no iniciado, quiero decir, personas no aficionadas a la poesía de manera más o menos seria/sobria, véase la gran mayoría de la población terrestre (mis análisis escapan al control de las profundidades marinas).
Este estudio resulta especialmente solvente bajo el filtro específico del joven moderno (indie, gafapasta, hipster y/o simplemente gilipollas) y lector de narrativa (contemporánea como preferencia: Auster, Murakami y un largo etcétera patrocinado por Rockdelux). Infalible, si se me permite la altivez en un jueves santo. Gustavo, Mario y Charles son el pack básico por el que tienen conciencia de un género literario que nunca creará tendencia, pero tampoco pasará de moda.

La incógnita es el porqué. Por qué estos tres y no otros son los poetas que siempre descansan en las modernas cómodas del S.XXI. Y en este punto, considero que hay un concepto crucial que los une: el amor. Cada uno aborda en sus libros este tema de manera distinta al siguiente, confeccionando un abanico que compendia el espectro completo de las relaciones sentimentales.
Bécquer, desde la adolescencia estudiantil, se convierte casi en el primer vate del que la mayoría tiene constancia, representando categóricamente el Romanticismo. En el otro extremo estaría el señor Chinaski, la completa antítesis y símbolo del realismo sucio, libro de estilo para las nuevas generaciones. Como nexo y equilibrio estético aparece justo en medio el autor de Quemar las naves, que compartiendo numerosos ejes con Bukowski, como el uso del humor y el prosaísmo, no deja atrás el Romanticismo pasado por su personal filtro. Tanto el uruguayo como el estadounidense fueron coetáneos, y la vigencia de sus poéticas deviene vital para entender el lirismo contemporáneo. Son la "toma de tierra" que un lector de las Rimas de Bécquer necesitaría, la puesta al día de una temática inmortal.

Creo que la moraleja más importante de todo esto es que el amor siempre será el motor de la poesía, el impulso primario de escritores y lectores que quieren ver el mundo reflejado en una página. Lo era en 1860, lo fue en 1960, y lo será en 2060.
 

6 comentarios:

Luis Salares dijo...

Me adhiero a esa síntesis que en tu conclusión, aunan a los poetas más allá del espacio y el tiempo. Los sentimientos universales consiguen la permanencia de las obras, el amor es el generador que produce mayor empatia. Un saludo

LORENA LARA HUERTAS dijo...

Me parece atrevida esta reflexión, ya que a la vez es una crítica a un tipo de subcultura.

Me parece un análisis que podría y debería abrir un denso debate. Yo creo que el gusto por estos autores va mucho más allá de la presencia del amor en sus obras...

Es alucinante que existan los blogs. Permiten leer y conocer a gente tan interesante como vosotros.

Un saludo
Lorena

Silvia dijo...

Interesante reflexión la que has planteado aquí. Sin duda, estoy totalmente de acuerdo con lo que has expuesto y me sumo a ello: los seres humanos buscamos la empatía constantemente y sentimientos como el amor (y todo lo que ello conlleva) es una fuente inextinguible.
Por otro lado, algo que hace que nos decantemos por estos autores frente a otros es el lenguaje que utilizan: sencillo, claro, sin artificio y, por tanto, la transmisión de sentimientos (el mensaje) nos llega fácilmente, sin esfuerzo. (y no como en un Góngora o un Quevedo)Repito: me ha encantado la reflexión! Un saludo

José Luis Martínez Clares dijo...

De los BBB, me quedo con la esperanza de Bécquer, el cinismo de Bukowski y el humor de Benedetti. Todos están en lo que escribo, aunque ninguno duerma en mi mesita de noche. Abrazos

Ricardo Lamelas Frías dijo...

Escribió Luis Cernuda en 1932 (Heraldo de Madrid, 21 de enero, "El espíritu lírico"): "...Porque el amor absorbe poderosamente en sí mismo y consume en su divino ocio todas las fuerzas del poeta...".
Lo he sacado de contexto y pierde parte de su fuerza, pero no su esencia. Claro, es posible que por eso Cernuda sea un poeta difícil para el "lector medio", siendo como es tan sólida la obra que nos dejó. Además, estoy algo de acuerdo -creo- con Lorena; diría más bien que el gusto por la triple B se debe a su sencillez.
Quizá los temas/el tema sean universales...
Y si además entendemos el amor como algo no sólo relativo a las relaciones sentimentales, sino en general humanas (amor al prójimo), ¿todo cuadra?
Bueno, un fuerte beso

José Valle Valdés dijo...

Dices bien, amigo. Claro, que pueden coincidir otros nombres...pero, no comienzan con B. Inteligente reflexión.

Abrazos